El partido de rugby del otro día en el club Cerroalto dejó escenas para el recuerdo. El partido empezó con un claro dominio del equipo que tenía un jugador más, y los de Miguel Eiros (experimentado placador) aplastaban sin piedad. 15-8 registraba el marcador antes de hacer reajustes. En el campo, Santi era una auténtica anguila, Álvaro un muro (no había forma de pararle), Jorge no paraba de placar al que se ponía por delante, Hugo esquivaba placajes, Ini corría de un lado para otro, Jaime se hinchaba a hacer ensayos, Javi al acecho de balones pateados en el fondo rival, etc. Con ese marcador, Santi cambió de bando, y la cosa se igualó: al final 25-24, y los de Jorge no pudieron completar la remontada. Lo próximo, Arbejal.
